España se levanta hoy con resaca futbolísitica. Ha pasado por fin de los cuartos de final en una competición de élite.
He visto por la mañana al vecino gruñón que otros días no mira a nadie, saludar efusivamente a todos los que se cruzaban con él. En la panadería, me he colado antes de que llegara mi turno y nadie protesta con cosas como: "yo íba delante de ese chico". Al ir a comprar la prensa, la gente se lleva a parte del diario de noticias generales un ejemplar del Marca.
Razón tenía Jorge Valdano, un conocido ex-futbolista que en sus años mozos jugó en el equipo de mi ciudad y llegué a saludar una vez gracias a un amigo común. Decía que el fútbol es un estado de ánimo.
Tiempo hacía que no veía estos estados de ánimo en el día a día. Si con el fútbol se consigue esto, por mi parte que viva el fútbol.
Como punto final indicar, que yo a pesar de todo prefiero mi deporte individual y seguiré corriendo. Cuando canse, pararé, pero mi esfuerzo que repercuta en mí y no sirva para que otro se aproveche del esfuerzo ajeno.
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