Acabo de subir en la parada
el chófer viene algo malhumorado
por no ser yo culpable de su enfado
me voy hasta la parte abarrotada.
En el auto hay gente preocupada
de mirar cómo vienes ataviado,
queriendo averiguar de tu pasado,
de tu vida y de tu actual morada.
Sus miradas me sumen en la duda
y no puedo adivinar la intención:
me odian, o me quieren con locura.
De todas formas, y por prevención
procuro ejercer siempre mesura
y a todos sonrío con educación.
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