He salido a buscarte. La enorme silueta del faro en forma etérea que diviso al fondo me ayuda a orientarme. Sigo recto. Trato de esquivar todo lo que se me viene encima: una bolsa flotando, partículas de agua en suspensión, pies que se desvían en el último instante… Puedo adivinar que estás ahí, detrás de esta cortina que ahora me impide verte. Continúo avanzando, ahora choco de bruces con un niño que va tras la pelota. Estoy confundido. No sé que hora es. Al reloj de la torre lo han cambiado por una nebulosa. Oigo pasos a mi espalda. No quiero girarme. Continúo mi búsqueda a ciegas, estiro los brazos para proteger mi espacio.
Tú no me querías ver. La atmósfera se ha aliado contigo. Y, con su complacencia, te ríes de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario