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"No existen más que dos reglas para escribir:

tener algo que decir, y decirlo" (Oscar Wilde)

domingo, 20 de marzo de 2011

EN LA OFICINA DEL PARO

No era el mejor momento para hacer un chiste. Eso que nos contaron de pequeños de “a mal tiempo buena cara” no parecía que tuviera cobijo en aquella larga fila. Figuras con semblantes serios esperaban impacientes su turno, como gusanos de seda, buscando una vida mejor. Querían ser crisálidas, aunque fuera por tiempo efímero.
Si la entrada era esperanzadora, la salida era deprimente. ¡Otro mes más! -se oía exclamar con cierta frecuencia- a los que abandonaban aquella siniestra oficina, en la que solamente faltaba la inscripción cínica de “El trabajo os hará libres”.
-¡Vayan saliendo, hay que cerrar! -voceaba la recepcionista-, a la vez que conminaba al último a cerrar la puerta.
No la cierre, contestó . Déjela entornada.

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